El Guadalquivir a su paso por Montoro, pueblo precioso y de obligada visita, enriquecen con su exuberancia y su caudal el entorno.
La excelencia y el cuidado en cada una de las habitaciones supone un homenaje al descanso y al privilegio de vivir.
Arquitectura clásica con un estilo moderno en un marco incomparable. Vocación por la atención y la excelencia de los servicios.